Estimulantes de la sexualidad

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La excitación sexual es la respuesta mental y física del cuerpo ante estímulos eróticos.

Los estímulos capaces de lograr excitación sexual pueden llegar a través de la vista, el tacto. el oído, el gusto o el olfato, pero también pueden ser de carácter emocional o mental.
La vista es uno de los sentidos que provoca una excitación más intensa, la mayoría de la personas se excitan viendo un cuerpo desnudo, un gesto sensual o cualquier tipo de imagen que refleje erotismo.

El hombre tiene una respuesta sexual más rápida que las mujeres ante los estímulos externos, predominantemente los estímulos visuales, la mujer también responde a ellos pero en forma más lenta.

El tacto es el otro sentido que puede causar una excitación sexual casi inmediata simplemente con la aproximación de otro cuerpo, el contacto con la piel de otra persona y aumentar la excitación hasta llegar al orgasmo mediante las caricias y los besos.

El oído, a menudo no es valorado como estimulador sexual por desconocer la excitación que se puede obtener mediante susurros, frases eróticas o descripciones de momentos sexuales que activen las fantasías de quienes escuchan.

El olfato puede ser capaz de responder con una intensa excitación sexual sin ser conscientes de la causa que produjo este fenómeno.
Esto se debe a las feromonas, unas partículas microscópicas que se desprenden de la piel y penetran por la naríz estimulando una parte del cerebro que reacciona con una respuesta sexual intensa e inmediata.
Tal vez pueda pensarse que el gusto es el sentido que menos puede estimular la excitación, sin embargo, cada piel tiene un sabor particular que es percibido a través de los besos y el contacto de la lengua, ese gustito especial es capaz de producir fuertes respuestas sexuales.

Si bien los 5 sentidos proporcionan comunmente la mayoría de los estímulos eróticos que recibimos, puede producirse excitación sexual sin que intervenga ninguno de ellos.

La mente, en si misma, puede proporcionar potentes estímulos sexuales a través de la imaginación, las fantasías, los recuerdos de un encuentro sexual placentero o anticipándose a una próxima relación sexual y proyectándo imágenes sobre como se va a desarrollar la misma.

Por último, los más importantes, los estímulos sexuales provocados por las emociones, los sentimientos y el amor, estos son los más completos y engloban a todos los demás.

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